sábado, 22 de mayo de 2010

Asador El Lagar, la carne en su punto

Terminando una reunión de trabajo, mi jefe nos ofrece invitarnos a comer a mí y a otros compañeros. Claro, dio la opción de ir a comer en plan tapeo rápido o sentarnos en mesa con mantel. Y evidentemente, rápidamente opté por lo segundo. Un sacrificio que hago por mis lectores.

El sitio es un asador, y claro la carta no tenia mayores sorpresas. El lugar tiene un ambiente muy acorde y sin excesivos detalles recargados. Era un martes y el sitio estaba vacío, normal para un día de la semana y ser la 1 de la tarde, asumo. Al final solo se llenaron 3 mesas, la crisis es lo que tiene. Al entrar, nos acompañaron a la mesa, cosa que puede parecer una pijada pero a mí me gusta. La comida consistió en un primero a compartir, una carne a la piedra y postre individual. El dulce siempre saca el egoísmo más puro del ser humano.

El primero fue unas mini habitas baby con calamar y huevos de codorniz, por desgracia el nombre apuntaba maneras pero el resultado no fue el esperado. Los calamares fueron cocinados con sus vísceras, lo cual le daba un cierto sabor amargo que no contrastaba bien con el ligero dulzor de las habitas. Dejemos claro que los calamares pueden cocinarse con sus vísceras, con el arroz quedan bien, incluso se fríen con ellas. Pero este vez el resultado no fue el deseado. La carne a la piedra fue una sorpresa para mi. Para los no entendidos, la carne a la piedra consiste en eso mismo, una carne y una piedra. A la mesa te traen la carne fileteada y una piedra caliente sobre la cual colocas la proteína. Particularmente este plato no es uno de mis favoritos, y es por la misma razón por la que tampoco suelo pedir foundes, lo de terminar de cocinar tu comida en la mesa del restaurante no es mi acción favorita, a pesar que los resultados pueden ser estupendos.

Volviendo al tema de la carne a la piedra que se pidió. Esta era una trozo de carne sellado y fileteado. El sellado de la carne consiste en marcar la carne en una plancha por todos los lados, esto permite que la carne no pierda sus jugos y quede más jugosa. A partir de aquí, empezamos mal. La carne estaba fría, es decir, había sido sellada con antelación, probablemente incluso antes de que llegásemos al sitio. Esto en mi opinión hace que la carne tarde más en coger temperatura en la piedra, y claro en cocinarse. La carne en si era un buen corte y en mesa se terminó de la mejor manera posible.

Finalmente el postre estuvo muy bien. Corrijo, la tarta de queso, la tarta rusa y el helado de mandarina estuvieron bien. Se agradece el toque final que dan los postres hechos en casa. Creo que el mejor cumplido que se puede dar es que fácilmente repetiría.

Otro punto positivo fue el pan hecho en casa. Un pan con queso y semillas de ajonjolí muy rico. Una lástima para mí, mi nariz últimamente no funciona muy bien debido a la típica alergia primaveral. Nada huele mejor que el pan caliente recién hecho.

Un punto negativo que no puedo dejar por alto, es que de los 6 platos que vinieron a la mesa, 2 de ellos estaban desconchados. Nada cuesta cuidar esos detalles y esos platos.


A este sitio volveré, creo que 2 platos no hacen merecida justicia al trabajo de la cocina. De nuevo importa mucho que te traten bien.

La nota, 2 estrellas.

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