La Taberna del 10 es un sitio al cual suelo ir, me parece un sitio donde te tratan bien y la comida es buena. Y tienen chaquetes (de criadero claro) fritos con pimentá que encanta.
He estado comiendo en barra y en salón, en ambos el trato es muy bueno. La última ves que comí allí fue con unos amigos gallegos y parte de mi familia, bebé incluido (no mío para tristeza de mi madre), me sorprendieron varias cosas. La primera es que sentí que la calidad de los platos había descendido. Y me refiero a la calidad en la preparación del plato. Una tabla de salmorejo con bacalao, nunca debe presentarse con un pescado poco desalado. Comienzo a notar que el desalado del bacalao es una asignatura pendiente en muchos sitios en la capital. Yo lo atribuyo simplemente a la pereza. Revisar cada pieza requiere tiempo y esfuerzo y algunos parecen no estar dispuestos a invertir en ello.
Para que no todo suene a malas noticias. Tengo que decir que el resto de los platos fueron excelentes. Unas croquetas bien preparadas, un choco frito tierno y frito en su punto. Carrillada con una buena salsa pero unos minutos más de cocción no le vendrían mal.
Volviendo al tema de las sorpresas, destaco algo un tanto común en algunos sitios de esta capital. Y que en la Taberna del 10 lo he visto en esta oportunidad. La calidad de la comida en salón y en barra suelen ser diferentes. En barra, no entiendo por qué, suele ser ligeramente mejor. El tapeo sevillano quizás pueda ser el responsable. Garantizar un cliente que tapea parece ser mas rentable que uno que entre en salón y pueda incluso gastar más. A pesar que ambos clientes puedes incluso pasar el mismo tiempo en el local.
A pesar de todo, este sitio lo recomiendo. Es un buen ejemplo de la cocina típica sevillana, del buen tapeo, y del buen servicio.
La nota, 2 estrellas y media.
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