sábado, 15 de mayo de 2010

Abacería de Monsalves

En una abacería uno se puede encontrar muchas cosas, buenas chacinas, buenos quesos, buena atención, buenos vinos, buenos precios, o todo lo contrario. Pero lo que fue sorprendente para mi encontrar en esta abacería ha sido el silencio. Y claro todo lo demás también fue gratamente encontrado.

Soy capaz de disfrutar de los ambientes bulliciosos (ojo no ruidosos o del ruido por el ruido), así como de la calma y el silencio. Mi sorpresa fue grande al entrar en este sitio, y mirar como una barra llena y un comedor (pequeño pero apañado) en iguales circunstancias, estaba en el más invitante silencio, a entrar y a disfrutar. Como suelo decir, la experiencia de una comida comienza en la propia puerta. Si no imaginen que sus madres los reciben con un delicioso plato de lentejas, pero se los estampa en la cabeza por que la comida era a las 2 y no a la hora que llegaste (parecidos son mera coincidencia).

Visto que el sitio invitaba, se entró, se ubicó un trozo de barra, se pidió y se fue bien atendido. Existe una costumbre de algunos camareros de mirar al infinito y no al cliente, lo cual, por desgracia, hace que despierte suspicacia cuando uno del gremio te atiende con mino y displicencia. En este lugar, las atenciones no faltan, al principio son un poco tímidos al entrarte, pero luego se sueltan a recomendarte cosas. Como en todas las relaciones supongo.

La cena consistió en unas croquetas de puchero (ración convertida en tapa, ante la oferta que invitaba a pedir más), tabla de lomo al jerez sobre paté de cerdo, y un "quesito". Y vamos por partes. Las croquetas de hoy en día cada vez se parecen más a cilindros deformes de masa pastosa que intenta ser una bechamel pero esconde claramente una falta de condumio, entiéndase sustancia que da sabor y apellido, además de un claro pasado de bolsa de congelados. Pero estas estaban BUENAS, con mayúscula y con honestidad. El mejor cumplido es que me arrepentí de no haber pedido una ración, mi estomago cuando se alía con mi paladar son un dúo difícil de ignorar. La tabla, un pan que si bien tenia un pasado sospechoso, y ya en otra entrada hablaré sobre el pan como debe, venía bien untado de un pate de cerdo aceptable y un lomo al jerez que pareció olvidar el jerez allá por la ciudad del mismo nombre. Sin desmeritar su sabor no representaba lo que prometía.

Por último el "quesito". Atención que este estuvo realmente bueno. Un queso de cabra gratinado con cebolla ligeramente pochada, acompañada eso sí de un caramelo de bote, y rematado con un aceite de oliva de buena calidad. En mi opinión es una tapa que merece un poco de atención, tiene futuro, y puede ser un éxito si se atiende al detalle.

Una recomendación que hago, y que podría extender a muchos sitios, no en este en particular, pero ya que estamos. Es reducir el tamaño de la carta. Menos platos no implica necesariamente menos oferta, o más probabilidades de que la gente diga "oye nos vamos que no tienen lo que quiero". Al contrario, permite descargar la cocina de platos con poca salida. Aumenta la velocidad con la que los platos, tapas, raciones, etc, salen expedidos a las bocas de los comensales. Y lo más importante, el chef, cocinero, pinche, sous-chef o como quieran denominarse, puede centrarse en menos platos. Menos platos más atención, más calidad.

Una comida buena pero mejorable, una carta algo extensa (ambiciosa pero no en exceso) y una atención impecable, hacen de la Abacería de Monsalves, en la calle del mismo nombre, un lugar para mantener en las listas de "voy a tapear como se debe".

Una nota como demanda la tradición: 2 estrellas y media.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

MUY MUY AGRADABLE Y MUY MUY RECOMENDABLE
LLEVO AÑOS OYENDO HABLAR DE ESTA ABACERÍA, CREO QUE ES UNA CADENA DE ABACERÍAS FAMILIARES POR EL CENTRO, EL CASO ES QUE ESTA SEMANA SANTA LA ENCONTRÉ POR CASUALIDAD Y ESTUVIMOS TODA LA TARDE ESPERANDO A QUE ESCAMPARA. LA VERDAD ES QUE ES MUY AGRADABLE Y ACOGEDORA, SOBRE TODO LA ATENCIÓN. ESTÁ DETRÁS DE EL CORTE INGLÉS DEL DUQUE Y CERCA DE LA CALLE SAN ELOY

Ray dijo...

La Abaceria tiene un muy buen ambiente. Y la comida está, para mi gusto, acorde.
Quizás trabajar un poco más la lista de vinos, dando más opciones, pero de forma general, es un sitio el que puedo repetir sin problemas.

Gracias por el comentario