sábado, 26 de junio de 2010

La Azotea, detalles buenos y malos

A este sitio de la Calle Jesús del Gran Poder tenia muchas ganas de visitar. Pero siempre se presentaba el mismo problema, todo lleno o todo reservado. Evidentemente esta situación hacia que tuviese más ganas de ir, puesto que un sitio lleno es sinónimo casi seguro de buen servicio y buena comida.

Al llegar a las 14:10 barra totalmente llena y mesas reservadas. Por fortuna se pudo encajarnos en un mesa cuya reserva venia para las 15:15. La situación fue un poco mal manejada por el propio dueño, al casi imponernos una hora para comer. Sin embargo, es un poco cura de humildad para todos nosotros, y acostumbrarnos a RESERVAR. Lo que no pude comprender fue la hora de la reserva, 15:15, y que al final de nuestra comida seguían las mesas vacías. Conclusión, llame y reserve.

El servicio fue muy correcto durante toda la comida. Un punto muy bueno ha sido la bodega, tienen un surtido interesante de vinos, y el punto a destacar es como la manejan. Una situación que muchas veces me he encontrado, es que una botella es demasiado para la mesa, mas si mis acompañantes no beben vino (esto de la amistas es lo que tiene). Pero aqui han apostado por tener una bodega más abierta. Tienen tintos, blancos, rosados, albariños, etc, en total serán unos 12-15 vinos para tomar en copa. Una opción digna de copiar en muchos bares y restaurantes sevillanos.

La comida. El menú está bastante equilibrado y realizado con productos de alta calidad, productos de la región y en su mayoría españoles. Tienen una opción de platos fuera de carta que son los típicos platos del día, productos frescos y de temporada. Un punto a favor, y ya lo he comentado antes, carta pequeña mejor que carta larga. El que mucho abarca poco aprieta.

Croquetas del chef: Patata, salmón y eneldo. Muy ricas y recomendables, apunta maneras para ser LA croqueta de Sevilla. Tiene dos detalles que no puedo pasar, el eneldo no se siente y estaban ligeramente frías en el interior. Brillantemente presentado con una patata cocida, rúcula y pimentón. Hay sabores que recuerdan a otros platos, y este acompañamiento recuerda con claridad a pulpo a feira.

Revuelto de la casa: Cocinar huevos es difícil, al menos cocinarlos bien. Aquí lo logran en su revuelto, dejan cierta humedad en él que evita esa sensación áspera y de goma que tienen los huevos muy y mal cocinados. Lleva calabacín, cebolla y pimiento si no se me escapa alguno. Lo mejor es que viene cubierto con jamón, y jamón del bueno. No será un 5J pero tiene un calidad envidiable.

Corvina a la plancha: Lomos de corvina a la plancha cocinados en su punto, jugosos, pero que necesitan 2 cosas, unos pocos segundos más a la plancha y dejarlos reposar un minuto para conservar la humedad del pescado una ves lo cortemos. En términos absolutos esta bien, quizás un poco más de sazón no vendría mal.
El acompañante es un "puré" de patatas preparado al estilo francés, que no es más que un puré más ligero con una mayor cantidad de aire incorporado. Es el punto medio entre un puré y una espuma. No soy muy amante de las espumas o de los acompañantes bien aireados, puesto que prefiero las cosas del morder. Pero hay algunos chef que lo usan para sustituir a las salsas o bien para darles un sentido de continuidad a las texturas del plato.

Medallones de antílope: No me quedó realmente claro si era antílope o no, pero la carne esta muy sabrosa por si misma. Pero llego a mi mesa cruda. Cuando se cocina un medallón de 4cm de alto es el riesgo que se corre. Aún así, un error imperdonable ya que la parte interior estaba fría de nevera.
Luego de solventar el problema y pasar el carne nuevamente por la plancha, volvió francamente mejor. De nuevo repiten el acompañante de puré de patatas aireado (no consigo el nombre verdadero, pero ustedes me entienden) y aquí creo que hay un fallo terrible en la forma en la que se ha pensado el plato.
La carne, al menos la mía, por efecto de regresarla a cocina no tuvo tiempo de reposar y la carne soltó sus jugos al instante de cortarla. Además el puré fue perdiendo aire y se quedó más líquido, que si luego se suman los líquidos de la carne, arruinan por completo el plato.
Este plato de carne cumple el ejemplo de que un buen producto puede estropearse bien por mala preparación o mala conceptualización del plato. Con un par de cambios sencillos salvarían este buen plato. Preguntar el término de la carne deseada y colocar unas verduras a la plancha de acompañante.

Aún así con todo lo dicho, volveré. No solo para probar más cosas, sino para compartir una buena experiencia.

Su nota; 3 estrellas

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